Es un espacio terapéutico en el que, a través actividades lúdicas amigables y motivadoras se mira el “problema” desde fuera del niño, niña o adolescente y no como parte de él/ella. Los niños, niñas y adolescentes tienen la oportunidad de: expresar sin culpa sus sentimientos; potenciar los recursos personales y familiares para afrontar lo que obstaculiza su desarrollo y bienestar.
También los padres son animados a participar en el proceso terapéutico.