El arte de amargar tu matrimonio (Parte I)
Ps. Mabel Guillén, magister en terapia familiar. Terapeuta sexual y de pareja
Aquí van algunas sugerencias para que amargues tu relación de pareja o matrimonio.
Primero: Céntrate en los defectos de tu pareja y critica en todo momento lo que no le agrada. No veas lo positivo, si lo haces, puede ayudarlo a validarse, a aumentar su autoestima, y en consecuencia se sentirá bien consigo mismo. Cuanto mejor se siente tu pareja consigo, hará que tu te sientas cada vez mejor y esa no logrará para amargar tu relación
Segundo: Compara a tu pareja con otros y reclama -cuanto más veces mejor- “¿porque no eres así?” o “me gustaría que fueses como…” o “Si fueras como… las cosas serían tan diferentes entre nosotros”. Mira las virtudes y aspectos positivos en todos los demás, ya que, efectivamente, son mejores que tu pareja -en lo interno como en lo externo- se visten mejor, son más atractivas/os, son más atentas/os, son más amables, son más romántico/as, mejores padres/madres, etc.
Tercero: Ignora por completo a tu pareja. Esto puedes lograrlo entre otras cosas, así:
1) Trabaja horas extras la mayor parte del mes.
2) Si además llevas trabajo a casa, y le agregas alguno que otro fin de semana, mejor aún. 3) Si eres mujer y trabajas fuera, cuando llegues a casa, céntrate en el aseo y el orden. No permitas que nada esté fuera de lugar.
5) Aunque estés muy cansada/o continúa trabajando, ordenando, aseando.
6) Está pendiente de tus hijos, sobreprotéjelos y no permitas que colaboren en los quehaceres domésticos, pero reclame a tu cónyuge, con cierta frecuencia –cuanto más frecuente mejor- que te dejan sola
7) Exige a tu pareja que se encargue de las tareas de la casa.
El cansancio que tendrá producirá estrés y/o enojo ante cualquier situación, utilizará palabras ofensivas o simplemente se pondrá mirar televisión y/o dormirá enseguida. También puede impedir pasar tiempos de calidad en pareja o familia. Evitará el diálogo, tiempos de cercanía, complicidad e intimidad y en consecuencia, conocerse mejor y por lo tanto, continuarán ignorándose mutuamente.
Cuarto: Sé “el alma de la fiesta”, invita a tus amigos y amigas a compartir un asado en casa, por supuesto sin su pareja, o si vas con él/ella, ignora por completo su presencia. Al hacer esto, tu pareja puede tener una de estas reacciones: 1) o se victimiza y te reclama casi llorando respecto a su sensación de abandono y soledad. o 2) reacciona con enojo, dejándote en ridículo, o 3) se va del lugar. Cualquier reacción conduce al mismo resultado: resentimiento, peleas posteriores o silencio por varios días.
Continuará…